“La acompañé a un trabajo como voluntaria y comencé a hacer exámenes de audición a los niños. Luego se abrió un puesto, yo estaba disponible, me aceptaron y me llamaron”, explicó Olga. “Han pasado nueve años y siento que solamente fue un mes”.
Cuando los pacientes viven con paladar hendido –o incluso luego de la cirugía reparadora- pueden experimentar dificultades al hablar. Como fonoaudióloga voluntaria de Operación Sonrisa Colombia en el centro de asistencia de Bogotá, Olga se especializa en identificar los desafíos, comprender las etapas del desarrollo de la comunicación y en proveer las habilidades y técnicas que requiere cada paciente.
En reconocimiento a los profesionales médicos como Olga que colocan la salud y el bienestar de los pacientes en primer lugar, la Organización Mundial de la Salud designó 2021 como el Año Internacional de la Salud y los Trabajadores Sanitarios.
Ya sea la audición, la comprensión o la pronunciación de palabras, Olga trabaja en la prevención de obstáculos en el progreso de los pacientes y al mismo tiempo mejorar sus habilidades en los primeros años de crecimiento.
Para Olga, los pequeños momentos con sus pacientes son los que la motivan a trabajar en Operación Sonrisa Colombia.
“Una simple ‘sss’ o lograr una ‘p’ – sé que si el niño logra hacer eso, le servirá para toda su vida”, dijo.
Hablamos con Olga para conocer más sobre cómo su papel es una parte vital de la asistencia integral y cómo el ayudar a los niños en un momento clave de su desarrollo hace una gran diferencia.

Foto: Rohanna Mertens.
Pregunta: ¿Qué fue lo que te motivó a ser voluntaria?
Respuesta: La expectativa sobre lo que podría llegar a hacer, el no tener un punto de referencia sobre lo que me podría encontrar. Lo que he aprendido de los niños, la cercanía que he podido tener con ellos ha sido increíble y mi trabajo me fascina.
P: ¿Por qué es tan importante que los pacientes reciban todos los servicios multidisciplinarios aquí en la fundación,
incluyendo terapia del lenguaje?
R: Nuestra meta es que los pacientes vivan cada etapa de igual forma que los niños que no tienen una hendidura facial. Si vienen aquí -Operación Sonrisa Colombia- logran justamente eso.
P: ¿Qué es lo especial y diferente de trabajar con niños que sufren de una hendidura facial en comparación con niños que tienen otras dificultades para expresarse?
R: Es más difícil. Uno realmente no sabe a lo que se enfrenta. Así que es difícil. Pero al mismo tiempo es hermoso, …los sonidos. Cuando uno no sabe lo que escucha la primera vez y luego ve cuánto ha mejorado el paciente. Siempre le digo a los padres y madres alrededor del mundo que la terapia también es necesaria. Muchos piensan que una vez que el paladar es cerrado el bebé hablará perfectamente. Eso no es cierto.

Fotografía: Rohanna Mertens.
P: ¿Cuál es la dinámica al trabajar junto a las otras especialidades de la fundación con el fin de asistir a cada paciente de forma individual?
R: Creo que la clave para que funcione es respetar la otras áreas de trabajo. Estoy al tanto de que otras personas son expertas en su área y respeto sus procedimientos y sus procesos a medida de que trabajamos. Personalmente estoy muy involucrada y entiendo por qué hacen lo que hacen en otras especialidades. Siempre estoy informada sobre los protocolos que sigue cada especialidad para poder informar a los padres de manera más amplia, así no sienten que están ante piezas separadas, pero veo el orden secuencial.
Eso nos permite trabajar. Cada área tiene su punto focal en donde es protagonista, y hay otras áreas donde otro profesional es el protagonista pero así es la dinámica. No hemos tenido casos complejos en los que fue necesario reunirnos para ver qué es lo mejor, porque estos pequeños avanzan de acuerdo al proceso en cada área, y cada una tiene sus objetivos. Cuando una meta afecta o mejora otra, entonces nos encontramos, pero de forma muy informal. ‘Hola, este paciente… pienso que… ¿qué te parece?’. Nos ponemos de acuerdo, así es como funciona.
P: ¿Los padres responden bien y siguen en sus casas los programas que le indicas a sus hijos? ¿Notas la diferencia cuando el paciente regresa a la fundación?
R: Si tienen un objetivo acerca de lo que esperan para sus niños, y ese objetivo es la perfección, entonces trabajan en ello. Si no tienen claro hacia dónde apuntan, no trabajan en ello porque no ven los resultados que desean. Pero los que tienen sus ojos y oídos abiertos, sí aprecian las pequeñas mejorías. Se motivan y trabajan en casa diligentemente. La claridad respecto a lo que tienen que hacer también los motiva.
P: ¿Cómo te sientes cuando un paciente finaliza la terapia?
R: Es una satisfacción inmediata. Durante las consultas, con cada sonido que sé que nunca se produjo antes en la vida del niño, y que fue gracias a mi ayuda que pudieron lograr eso. Aunque el niño no esté hablando bien, cuando logra un nuevo sonido, eso me realiza.
Me pone feliz saber que de sesión en sesión el niño va a ir desmostrando eso. Y algún día, no muy lejano, llegaremos a su graduación. Para mi es muy importante y así se lo demuestro al niño y a sus padres. Me emociono mucho y ni siquiera es mi hijo. Si puede (y en el momento en que pueda), ayúdenos a cumplir nuestra promesa de cuidar a los niños y generar esperanza.
