Ese fue el compromiso de Iris, decidida a que su hijo Pablo fuera asistido por su condición de hendidura facial.
Pablo, el segundo hijo de Iris, nació con labio y paladar hendidos que no fueron detectados en los estudios prenatales.
La tristeza envolvió a sus padres. Que una hendidura facial no sea detectada es algo que a veces ocurre y que tiene un gran impacto en las familias e incluso en las comunidades. En muchas oportunidades los niños son apartados de la vida social.
Iris y su esposo Roberto nunca habían visto a alguien con condición de hendidura facial. Pudieron apoyarse en sus familiares, que siempre los respaldaron.
Un momento importante luego del nacimiento fue cuando los doctores del hospital les informaron que su niño podría recibir cirugía gratuita gracias al trabajo de Operación Sonrisa Guatemala.
Pablo fue operado en el hospital Juan Pablo II de Guatemala. Foto: Carlos Rueda.
Iris contactó a la organización y cuando su hijo tenía 15 días de nacido se acercó hasta la clínica por primera vez.
Todavía muy pequeño para afrontar una cirugía, Pablo recibió un obturador para que pudiera alimentarse correctamente.
El obturador se coloca sobre el paladar y evita que los alimentos pasen a las fosas nasales e impidan que un bebé respire cuando toma leche materna o luego coma algo.
Es un elemento importante para asegurar una buena nutrición, algo indispensable para que el paciente llegue en buenas condiciones de salud al momento de recibir una cirugía.
Pablo fue operado por primera vez a los siete meses. “Muchas gracias por todo”, repetía Iris a los voluntarios de Operación Sonrisa Guatemala, que pudieron hacer su trabajo gracias al apoyo de generosos donantes como tú.
Pablo se recuperó y volvió a su pueblo junto a su madre, donde todos los vecinos quedaron maravillados por el cambio en su rostro y en su vida.