“Las personas suelen decir que ayudamos a los niños, pero es al revés. Ellos nos ayudan a nosotros”, dijo Jackeline. “Nuestros corazones se recargan con su amor en cada misión. Siento que puedo ser una mejor persona”.
En marzo de 2020, y en coincidencia con el Día Internacional de la Mujer, Jackeline y otras 50 voluntarias de 25 países se reunieron en Marruecos para la primera misión médica de Operation Smile compuesta únicamente por mujeres.
Recuerda en particular el día que se unió a otras profesionales de la medicina altamente calificadas para crear conciencia sobre la igualdad y celebrar los logros de las mujeres.
Ante una serie de preguntas de Operation Smile, Jackeline explicó qué fue lo que la motivó a continuar sus estudios y aprovechar la oportunidad de convertirse en una cirujana.
Foto: Jasmin Shah.
Pregunta: A medida que contribuyes con tus conocimientos y experiencia como enfermera en las misiones médicas de Operation Smile, ¿cómo se siente saber que estás ayudando a cambiar las vidas de los niños y sus familias?
Respuesta: En mi experiencia con Operation Smile en todos estos años, las personas suelen decir que ayudamos a los niños, pero es al revés. Ellos nos ayudan a nosotros. En cada misión en la que he tenido la oportunidad de participar, siento que mi corazón se llena de amor. Cuando estamos llenos de amor, lo compartimos en nuestras vidas cotidianas. Nuestros corazones se recargan de amor en cada misión. Siento que puedo ser una mejor persona. Es gracias a nuestros pacientes que Dios nos da la fortaleza para continuar haciendo esto para lo que nacimos.
P: ¿Cómo se sintió ser parte de la primera misión enteramente femenina de Operation Smile?
R: Una experiencia maravillosa para mí. Muy feliz de compartir con mujeres que aplicaron su conocimiento y entregaron su amor a los niños de Marruecos. Quiero agradecerle a Operación Sonrisa Bolivia por haberme brindado la oportunidad.
No es fácil para las enfermeras el dejar su trabajo para poder ser voluntarias en misiones de Operation Smile. Donan su tiempo, también donan tiempo con sus familias. Toman una pequeña parte de ese tiempo para compartirlo con los niños, para poder ser parte de una experiencia mágica. Tenemos tanto amor, tanto afecto. Tenemos muchas razones para estar orgullosas y agradecidas por la oportunidad de compartir lo que sentimos por ellos.
Jackeline recibe un beso de una paciente durante una misión en Tegucigalpa, Honduras, en 2019. Foto: Rohanna Mertens.
P: ¿Nos puedes relatar algún momento especial que hayas vivido con un paciente?
R: Tengo muchas historias. Durante la misión de mujeres llegó una paciente de ocho meses. Su madre la había acercado desde muy lejos. Habían tenido que caminar y luego pedir aventón en un acoplado. La niña fue seleccionada para cirugía. Entré a la sala de juegos para darle la bienvenida a todas y ofrecerles algunos de los juguetes que teníamos. Cuando la niña me vio, abrió sus brazos y me pidió que la levantara. No le interesó el juguete, simplemente me abrazó.
La madre, con lágrimas en sus ojos, me dijo que la niña era insegura y siempre estaba asustada. Cuando me abrazó, nos conmovió a las dos. Lloramos juntas. Me dijo que Dios me bendecía porque la niña percibía amor y sinceridad en mí. Me llenó el corazón de alegría. Le expliqué que también tenía una hija y que ella había enviado algunos de los juguetes. Hicimos un video para que ella pudiera verlo. Me conmovió mucho la conexión entre madres e hijas. El amor sincero de la niña y su madre me hicieron sentir que aportaba algo y también me sentí afortunada por ser parte de este cambio. Quizá ella no me recuerde, pero yo jamás la olvidaré.
P: ¿Qué te inspira a seguir como voluntaria de Operation Smile?
R: Operation Smile cambió mi vida. Me dio la oportunidad de ver las cosas de otra manera. No siento necesariamente que estoy ayudando a otros. Todos me están ayudando a ser la mejor persona que puedo ser: más sensible, más compasiva, a valorar la vida y a las personas a mi alrededor. Espero darles a mis pacientes el mismo tratamiento con amor que me enseñaron los doctores de Operation Smile. Ellos fueron mi inspiración para continuar mis estudios para convertirme en doctora. Dicen que detrás de cada gran doctor hay un gran enfermero, y estoy feliz porque puedo ser las dos cosas.
Agradezco a Dios por tener la oportunidad de ser parte de una fundación que amo más que a mi vida. Siempre estaré agradecida por ser parte de la magia que es crear sonrisas en la vida de los pacientes y también en mi vida. Le debo mi vida a Operation Smile. Si puede (y en el momento en que pueda), ayúdenos a cumplir nuestra promesa de cuidar a los niños y generar esperanza.