Dejemos que ella lo cuente:
“En un momento pensé que era porque me caí durante el embarazo, o porque no había tomado todas las medicinas.
Me enteré de su condición en el parto, no sabía nada antes, nada había aparecido en el ultrasonido ni nadie me había comentado nada. Me sorprendió y empecé a llorar.
Mi esposo Jonathan lo tomó muy bien al igual que mis padres. Recibí apoyo de todo el mundo. Una de las personas que nos vino a visitar nos contó sobre Operación Sonrisa República Dominicana. Los contacté y pudimos registrar a mi hijo para una evaluación médica integral.
Lo mejor de todo fue que me dieron esperanza de que mi hijo podía ser operado y que existía una solución. Me emocionó mucho porque José Luis podría sonreír por fin y podría reír. Su rostro estaría completo”. José Luis iba a ser operado en mayo de 2015, pero los médicos decidieron que era muy pequeño y finalmente lo hicieron en noviembre a bordo del navío de la Marina estadounidense USNS Comfort.
Sigue Yaniris:
“Estaba muy nerviosa por estar en un barco tan grande, pero todo el mundo fue tan bueno que los nervios desaparecieron. No podía parar de llorar tras la cirugía. No más preocupaciones.
Más tarde fui a la cubierta del barco y llamé Jonathan que esperaba junto a mi hija mayor Valery. Estábamos muy felices.
Todos los vecinos vinieron a verlo cuando regresamos a casa. Mi sobrina, muy orgullosa, llevó a la escuela fotos de su primo José Luis antes y después de la operación. La maestra no podía creer que se tratara del mismo niño.
Ahora José Luis se alimenta bien y está siempre sonriendo”.