Los niños como Noemia poseen una forma especial de valentía. Es un coraje que a menudo se oculta con timidez y vulnerabilidad. Este coraje soporta las burlas y las mofas con un sentido de dignidad con el que muchos luchan cuando se enfrentan a la adversidad. Es lo que le permite a una niña de 10 años soltar la mano de su madre y entrar en una sala de operaciones. Noemia nació en las afueras de la ciudad de Quelimane en Mozambique. Su madre, Bendita, y su padre, que son agricultores de subsistencia, estaban desconsolados cuando su hija nació con un labio hendido, una condición que no afectó a sus otros cuatro hijos. Durante 10 años, Bendita no supo que la cirugía era una opción y vivió cada día creyendo que no podía hacer nada por su hija. “Escuché sobre esta misión cuando el director de la escuela de Noemia me lo contó”, nos dijo. Las madres como Bendita también tienen su propia forma de valentía, una necesidad instintiva de proteger a su hija sin importar lo que depare el futuro. Esta necesidad es implacable y dura toda la vida. Tan pronto como Bendita se enteró de la misión, no dudó en hacer el viaje de dos horas con Noemia en la parte trasera de la bicicleta de un vecino para llegar al equipo de Operation Smile.
Bendita escucha mientras un voluntario médico de Operation Smile realiza su parte de la evaluación integral de salud de su hija Noemia. Fotografía: Zeke du Plessis.
Noemia participa en juegos terapéuticos con un miembro del equipo de vida infantil de la misión médica Quelimane. Fotografía: Zeke du Plessis.
Durante el proceso de selección, animamos a Noemia a jugar con los otros niños en la misión. Al principio estaba nerviosa, pero cuanto más se involucraba, menos reservada se volvía. Mientras Noemia jugaba, Bendita encontró tiempo para conectarse con los otros padres. “Cuando vi a todos estos padres, me ayudó ver que no era la única”, dijo. Bendita es una mujer alegre y amable que sonríe rápidamente y está lista para reír, pero cuando se le pregunta sobre cómo ha sido la vida de su hija, su semblante cambia. “Me siento muy mal porque se ríen de Noemia”,nos dijo Bendita mientras contenía sus emociones “No tengo nada más que decir.”
Fotografía: Zeke du Plessis.
Después de que Noemia recibió su evaluación integral de salud, se le informó que estaba lo suficientemente sana como para someterse a una cirugía y se la colocó en el programa de la misión. Cuando llegó el momento de su operación, la valentía de Noemia y de su madre fue palpable al momento de que llevaron a Noemia a la sala de operaciones. Su La confianza de Bendita era palpable y nos dijo “No tengo miedo porque estoy segura de que Noemia estará bien”.
Bendita espera mientras Noemia recibe cirugía. Fotografía: Zeke du Plessis.
La exitosa cirugía de labio hendido de su hija confirmó la fe de Bendita en los voluntarios médicos de Operation Smile. Dos días después de la operación de Noemia, Bendita brillaba de felicidad por la nueva sonrisa de su hija. “Estaba muy, muy feliz cuando vi a Noemia”, dijo. “La gente que se ríe de ella ahora se reirá con ella”. Noemia disfruta de la escuela y ha desarrollado un amor por la escritura. Bendita espera que su hija continúe estudiando y algún día se convierta en maestra. Bendita nos dijo que está agradecida por lo que Operation Smile y sus médicos voluntarios por lo que hicieron en su hija. Agregó que está agradecida con el director de la escuela por informarle sobre la posibilidad de una cirugía segura. Desde la perspectiva de madre, habiendo experimentado el apoyo de Operation Smile en carne propia, Bendita, comparte el siguiente mensaje a todas las madres cuyos hijos viven con condiciones de hendidura facial:
“Sean pacientes, porque cuando llegue el momento, serán tratados como lo fue Noemia”.