
Uno de los aspectos más gratificantes de nuestro trabajo en Operation Smile es crear oportunidades para un niño pequeño y verlos prosperar con el tiempo. En nuestra serie “Efecto Multiplicador”, les presentamos a pacientes y voluntarios cuyas experiencias los han llevado a una vida que genera un impacto positivo en sus comunidades y más allá.
Ángeles Luque conoció Operación Sonrisa Perú de pequeña, tras una cirugía de hendidura facial. Agradecida por la atención que le cambió la vida, se sintió inspirada a contribuir a la organización y colaborar con los voluntarios que transformaron su vida.
Esto la llevó a crear el primer club estudiantil en Arequipa, en la Universidad Católica de Santa María, donde ella y sus compañeros informan y crean conciencia sobre la hendidura facial, difundiendo esperanza e inspirando diversas acciones en su comunidad.
Ahora, con 21 años y estudiando odontología en la Universidad Católica de Santa María, Luque se dedica a ayudar a otras personas con hendidura facial, demostrando cómo una sola acción puede generar un efecto multiplicador de cambio positivo. Como ella misma afirmó en diálogo con Operation Smile: “Nuestras cicatrices no nos definen; lo que nos define es cómo las transformamos en fortalezas”.
Hablamos con Ángeles sobre cómo su experiencia con Operación Sonrisa Perú le ha dado una perspectiva única y el impulso para ayudar a otros pacientes.

Pregunta: Tuviste tu primera cirugía de hendidura facial muy joven y la última a los 17 años. ¿Qué aprendiste como paciente que te ayuda en la actualidad en tu papel como voluntaria?
Respuesta: Aprendí que la empatía es clave. Sé lo que siente un niño cuando llega a una consulta con miedo, lo que pasa por la mente de un padre mientras espera noticias de su cirugía. Esto no es algo que aprendí en los libros; es algo que viví. Esto me permite estar presente de una manera diferente: con palabras que reconfortan, con gestos que dan seguridad. Entiendo sus preocupaciones porque alguna vez fueron mías también.
Compartir mi historia desde una perspectiva personal ayuda a otros a comprender mejor lo que significa vivir con una hendidura facial. Demostrar que estas condiciones no definen a una persona, sino que son parte de un camino de resiliencia; inspira y educa a otros.
P: Cuéntanos sobre el club de estudiantes en Arequipa. ¿Por qué lo iniciaste y cómo lograste que otros estudiantes se interesaran?
R: Siempre quise ayudar a otros que estuvieran pasando por la misma experiencia, pero no sabía cómo, hasta que recordé a Operación Sonrisa Perú. Habían pasado 10 años desde mi última cirugía con (la organización, ndlr). Me di cuenta de que no había un espacio en Arequipa donde los jóvenes pudieran involucrarse activamente con la causa, así que decidí crear el club de estudiantes con un amigo.
Para ayudar a que otros se interesaran, hablé desde mi experiencia, desde lo que realmente significa ser un paciente. No se trata solo del aspecto médico; se trata de todo lo que conlleva: la espera antes de la cirugía, las miradas de los desconocidos, el miedo a hablar o sonreír. Eso resonó con otros estudiantes.
P: ¿Qué desearías que todos los voluntarios supieran?
R: Que no se trata solo de ayudar con cirugías o programas médicos, sino de hacer que los pacientes se sientan valorados y comprendidos. A veces, un abrazo, una conversación o simplemente estar presente puede cambiar la experiencia de un niño o de una familia. El aspecto emocional es tan importante como el médico.
P: ¿Qué has aprendido en tus estudios que desearías haber sabido cuando eras niña y paciente?
R: Que el tratamiento no termina con la cirugía, que el cuidado posoperatorio es esencial y que cada etapa del proceso importa. Ojalá hubiera sabido más sobre la ortodoncia temprana, la terapia del lenguaje y el impacto de la alineación de la mordida en la respiración y la alimentación. Ahora, con lo que he aprendido, quiero asegurarme de que otros pacientes tengan acceso a esa información desde el principio.
¿Cuáles son tus planes para después de terminar tus estudios?
AL: Quiero seguir formando, no solo a pacientes y familias, sino también a futuros profesionales de la salud. A veces, los médicos y dentistas solo ven el lado clínico, pero detrás de cada paciente hay una historia, una lucha interna y una necesidad de apoyo emocional. Quiero ayudar a que más personas comprendan esto, para que más pacientes puedan recibir una atención integral y nadie sienta que debe ocultar su sonrisa.
