
Pero cuando ultrasonido mostró que su bebé nacería con una hendidura facial, su emoción se convirtió rápidamente en congoja. “Dolor, enojo. Así me sentí “, dijo Ángel.
La niña, Karla tuvo problemas para comer, beber y luego hablar desde su nacimiento en Puebla, México.
Ángel, en un esfuerzo sin pausa por cambiar la vida de su hija para que tenga un futuro mejor, también terminó cambiando la suya. El amor por su hija superó por mucho su dolor. Incluso cuando sus vecinos lo culparon por la condición de su hija Karla, él siguió amándola y luchando por ella.
“Mi hija Karla es un pilar en mi vida y la razón por la que valoro la vida”, dijo.

El labio hendido y el paladar hendido de Karla le dificultaban comer y beber. Durante el primer año de su vida, tuvo que ser alimentada con una jeringa.
Ángel buscó un hospital u organización que brindara atención quirúrgica accesible para su hija, en vano.
Decidido, continuó su búsqueda hasta que encontró a Operación Sonrisa México.
Después de años de sentirse impotente, había finalmente una luz de esperanza.

Al llegar al local del programa médico de Operación Sonrisa México en Puebla, Ángel era un manojo de nervios.
Se sintió abrumado hasta que vio que había muchas familias en su misma situación, con las que pudo intercambiar experiencias.
La oportunidad de Karla de un futuro más brillante finalmente había llegado, pero a él le preocupaba que no fuera seleccionada para la cirugía.
Los pacientes deben llegar en buenas condiciones de salud general para poder afrontar la cirugía. Es por esto que es muy importante la alimentación en los bebés que nacen con condiciones de hendidura facial.
Operation Smile tiene programas de nutrición que, gracias a la ayuda de generosos donantes, permiten sostener a las familias que lo necesiten hasta el momento de la cirugía.
Los temores de Ángel se disiparon cuando fue anunciado el nombre de su hija entre los pacientes que recibirían cirugía.
No podía dejar de mirar la nueva sonrisa de su hija. “Los sentimientos que tuve cuando la vi, con la cirugía realizada, lloré por dentro. Estaba tan feliz”.
Pero si bien la historia de Karla había superado un primer obstáculo, la de Ángel no hizo más que comenzar un nuevo capítulo ese día.
“Haré la misión de mi vida encontrar y ayudar a las familias con hendiduras”.
En nuestros programas médicos siguientes en Oaxaca, Ángel se ofreció como defensor de pacientes, reconfortando a los padres nerviosos, explicándoles qué esperar.
Igual como alguien lo había hecho por su familia tiempo antes.
A continuación puedes ver un video con la historia de Karla y Ángel: