Heidy espera junto a su hija Leyda el llamado a la sala de operaciones. Foto: Lorenzo Monacelli.
Si bien hay miles de personas en Guatemala que viven con hendidura facial no tratada, también hay un total de 5 millones de personas que necesitan cuidados de labio y/o paladar hendidos en todo el mundo.
La mayoría de estas personas enfrentan barreras insuperables para acceder a la atención médica que necesitan.
Con médicos mejor capacitados, los sistemas locales de atención médica estarán mejor equipados para atender a más personas en más lugares.
Por ejemplo a Heidy y Leyda.
Heidy viajó cinco veces a un programa quirúrgico en Guatemala. Cinco veces, ella y su hija Leyda regresaron a casa con el dolor de ver a otras familias experimentar la alegría de una nueva sonrisa.
La pediatra voluntaria Alma Castañeda en plena tarea durante el programa desarrollado en Escuintla, Guatemala. Foto: Lorenzo Monacelli.
Durante el reciente Programa Champion, 12 pacientes fueron evaluados por anestesistas, nutricionistas, enfermeras y pediatras como la doctora Alma Castañeda.
Alma ha asistido a aproximadamente 20 programas quirúrgicos de Operation Smile, pero realizar una cirugía que cambia una vida no fue el único motivo para los hombres y mujeres que ofrecieron su experiencia durante el programa.
“En el sistema de salud guatemalteco las brechas más marcadas son la pobreza, el poco acceso a la salud de las personas que viven lejos, el desconocimiento de los sistemas de salud, el miedo”, explicó Alma. “Mi deseo de ser parte del programa quirúrgico [Champion] es poder capacitar a otros y capacitarme a mí misma para poder enseñar y transmitir información a otros voluntarios”.
Al priorizar el intercambio educativo y las oportunidades de tutoría sobre el volumen de cirugías, el Programa Champion se centró en gran medida en la creación de capacidades, el establecimiento de posibles asociaciones con hospitales y el aumento de los profesionales médicos capacitados para servir.
“En la mayoría de los casos, es la diferencia entre un paciente que puede prosperar sin cirugía ortognática y otros que la requerirán, si es que pueden obtenerla”, dijo la dentista Mónica De León. “Para mí, ser parte del Programa Champion significa canalizar ese deseo de ayudar a la población con labio y paladar hendido. La pasión por enseñar y aprender se debe a que abren nuevos mundos y nuevas ideas, y se puede brindar una atención eficiente y eficaz en beneficio del paciente”.
La odontóloga voluntaria guatemalteca Mónica De León (der.) entrena a su colega Eugenia Azmitia, también de Guatemala, en la creación de placas de alimentación. Foto: Lorenzo Monacelli.
Cada mesa de operaciones también sirvió como instrumento de capacitación.
Se emparejaron mentores experimentados con colegas locales que procedían de hospitales asociados de toda Guatemala, incluidos Petén, Escuintla y Ciudad de Guatemala.
Estas oportunidades de tutoría no solo despertaron el interés de los futuros voluntarios y reforzaron sus habilidades, sino que alentaron a los médicos locales a establecer conexiones entre instituciones académicas en el país y Operation Smile.
La anestesista Silvia Ramos de Guatemala supervisó el entrenamiento de sus colegas Luis Nieves y María Alejandra Levia durante toda la semana.
“Qué mayor orgullo que poder enseñar a mis alumnos. Son personas que entrené en el hospital donde trabajo. Es poder tener la oportunidad de interactuar con personas que tienen el mismo objetivo, la misma visión”, dijo.
“Puedo entrenar a otras personas. Pueden servir a nuestro país, pueden servir a la comunidad con amor, con pasión”.
Leyda en brazos de su madre luego de recibir la tan esperada cirugía. Foto: Lorenzo Monacelli.
Hay una escasez de profesionales de la salud debidamente capacitados en la mayoría de los países de ingresos bajos y promedio. En particular, la falta de cirujanos plásticos acreditados en países como Ruanda o Guatemala genera brechas en la atención al paciente y la capacidad local.
Esto no solo supone una carga para el sistema de salud, sino que también crea grandes retrasos en la atención de los pacientes, lo que obliga a las personas a esperar meses o incluso años para recibir servicios y tratamientos básicos de salud.
El Programa Champion busca aliviar ese sufrimiento al facilitar oportunidades de capacitación que aumentarán la cantidad de profesionales de la salud locales entrenados para atender las necesidades de su país.
“Para mí, el Programa Champion significa una oportunidad de donar mi trabajo a personas que lo necesitan, aprender de personas que tienen amplia experiencia, aprender las técnicas y dar alegría a las personas”, dijo la doctora Lucrecia Matías de Guatemala.
Leyda fue la última paciente en recibir cirugía, pero no será la última en beneficiarse de los impactos a largo plazo del Programa Champion.