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Un camino de lágrimas y sonrisas hacia un futuro mejor

Dicen que la risa es la mejor medicina, y para Ihan, de un año, y su madre, Carla, esa risa fue de la mano con una atención quirúrgica segura. Mientras esperaban en un hospital de Riohacha, La Guajira, Colombia, a que Ihan fuera operado, aparecieron cuatro payasos con narices rojas, pelotas de malabarismo y aros de hula hula.
La organización «Payasos Sin Fronteras» trabaja en colaboración con Operation Smile y tiene el apoyo de la Lotería de Códigos Postales de Suecia. Utiliza el juego y la risa para ayudar a niños y padres a relajarse en la situación estresante que puede suponer una visita a un hospital -posiblemente la primera del niño-, junto con la inminente operación.
Ihan apretaba las narices rojas de los payasos, y Carla y su hermano se reían hasta las lágrimas durante la actuación. Fue entonces cuando oyeron el nombre de Ihan; era su turno para ver a un médico voluntario y comenzar el proceso de la evaluación médica integral para determinar su estado de salud previo a cirugía. Acababan de dar un nuevo paso en lo que ha sido un largo, largo camino.

Carla era apenas una adolescente cuando ella y su familia salieron de una Venezuela políticamente inestable y llegaron a Colombia. No conocían a nadie en el nuevo país. Su vida estuvo marcada por la perseverancia. Sus padres aceptaron diversos trabajos informales y mal pagados: en el campo y en la construcción, vendiendo fruta en la calle y limpiando casas, haciendo lo que podían para mantener a su familia.
“Fueron tiempos difíciles, muy difíciles”, dijo Carla.
Hoy, de 21 años, ella y su familia alquilan una casa pequeña y sencilla en un pueblo no lejos de la frontera con Venezuela. La Guajira es una península en el extremo norte de Colombia, bordeada por el mar Caribe. La región se caracteriza por su paisaje árido y arenoso salpicado de cactus y recursos naturales limitados. Las comunidades locales enfrentan desafíos constantes, como el acceso limitado al agua potable, electricidad y alimentos nutritivos; todos factores que contribuyen a problemas de salud y desarrollo, incluyendo la desnutrición, especialmente entre los niños.
La Guajira también es conocida como el hogar del pueblo Wayuu, uno de los grupos indígenas de Colombia, y como la puerta de entrada para muchos refugiados de Venezuela. Operación Sonrisa Colombia decidió lanzar en 2022 un proyecto piloto con trabajadoras sociales locales, enfocado en identificar a niños nacidos con hendidura facial, para que pudieran recibir ayuda e información tempranas antes de la llegada de un equipo quirúrgico.
“Uno de los valores fundamentales de Operation Smile es atender siempre a cualquier paciente que necesite cirugía para su hendidura facial, sin importar su nacionalidad, edad, género, etnia o religión”, afirmó Marcela Tamayo, directora de Operación Sonrisa Colombia.
Este compromiso es fundamental en el trabajo de Operation Smile: creemos que todas las personas merecen acceso a una atención médica segura y de calidad, sin importar su origen ni su procedencia. A través de nuestra iniciativa «Trascendiendo Fronteras», y en colaboración con ONGs locales y otras organizaciones, abordamos las deficiencias en la atención médica y ayudamos a construir sistemas de salud más sólidos, inclusivos, resilientes y capaces de llegar a las comunidades marginadas, garantizando que nadie sea olvidado.
Cuando Carla quedó embarazada y tuvo que afrontar el proceso sola, el equipo local estuvo presente para ofrecerle apoyo temprano a ella y a su familia.
“Trabajé hasta los seis meses de embarazo. Solo entonces pude hacerme la primera ecografía y descubrí que el bebé tenía labio y paladar hendido. No sabía qué era, y todo me pesaba muchísimo».

Hoy, Ihan tiene poco menos de un año y es un pequeño encantador que cautiva a todos a su alrededor. Acaba de aprender a dar sus primeros pasos, y su mamá tiene que vigilarlo de cerca todo el tiempo. Por suerte, cuenta con la ayuda de sus padres y su hermano, quienes la apoyan en todo.
Ha sido un momento difícil desde el nacimiento. Ihan no pudo amamantar debido a su paladar hendido y perdió peso, al igual que Carla.
“Intentamos por todos los medios que tomara leche materna, pero seguía bajando de peso. Al final, no pude producir leche, y lo único que podía pensar era: ‘Mi bebé no está subiendo de peso; mi bebé no está subiendo de peso’. Pasaron los meses, y gracias a Dios y al equipo de Operación Sonrisa (Colombia), que siempre estuvieron ahí para cuidarlo y apoyarme con consejos, todo cambió”, explicó, levantando a su hijo para darle un beso.
Finalmente, llegó el día en que la familia debía viajar al hospital de Riohacha, la principal ciudad de La Guajira. Un gran equipo de voluntarios de diferentes partes de Colombia ya había llegado al hospital y estaba listo para realizar las evaluaciones médicas integrales. Como es usual, estaba formado por anestesiólogos, personal de enfermería, cirujanos plásticos, dentistas y terapeutas del juego. Todos los pacientes que acuden al hospital deben someterse a una evaluación exhaustiva para que los médicos puedan determinar si son aptos para la cirugía. Hacía calor bajo el sol, y muchos padres intentaban refrescarse en el patio, donde se había instalado una carpa para dar sombra.
De pronto, la atención de todos se centró en cuatro payasos que aparecieron de sorpresa, abriéndose paso entre la multitud con sonrisas y haciendo malabares con pelotas. Payasos Sin Fronteras había llegado, y su efecto en el alivio de la ansiedad fue inmediato.

Normalmente, Payasos Sin Fronteras trabaja en zonas de conflicto y desastre y cuenta con una amplia experiencia con niños en situaciones de extrema vulnerabilidad. Su labor consiste en enseñar su método a artistas locales y al equipo médico, y en encontrar la manera de incorporar el juego durante la semana de cirugías. En colaboración con una organización colombiana («Doctora Clown»), con experiencia trabajando específicamente en entornos hospitalarios, formaron un equipo que ofreció a los niños y a sus padres una experiencia inolvidable.
“Tengo 27 años de experiencia haciendo reír a niños, y lo que más me gusta es que cuando reciben este tipo de ‘terapia’, se recuperan más rápido. ¡La risa fortalece todo el sistema inmunológico! También ayuda al equipo médico a relajarse un poco y les permite atender a los niños de una manera más compasiva y lúdica”, afirmó Luz Adriana Neira, de Doctora Clown.
“Muchos niños y padres que vienen aquí tienen grandes esperanzas y han esperado mucho tiempo por una operación. Pero también cargan con mucha ansiedad porque no saben realmente qué va a pasar. Por eso, poder ayudar a aliviar esa tensión y crear un espacio seguro a través del juego y la risa nos permite brindarles una experiencia positiva, lo cual es importante”, explicó por su parte Emelie Andersson, artista de circo de Payasos Sin Fronteras.
Ihan y su familia disfrutaban de un momento de risas cuando escucharon el llamado que tanto anhelaban: Había sido aprobado para recibir una cirugía que le cambiaría la vida.

Temprano al día siguiente, Ihan fue uno de los primeros en ser operado; llevaba en ayunas desde la medianoche. Los payasos los acompañaron todo el tiempo, provocando más risas, pero cuando Carla le entregó su pequeño al anestesiólogo, se notaba que estaba nerviosa. El cirujano estaba listo en el quirófano. No tardó más de una hora en reparar el labio hendido. El paladar hendido se operará más adelante.
Una vez terminada la cirugía, una enfermera lo llevó a la sala de recuperación, donde Carla pudo acompañarlo mientras despertaba. Al verlo, rompió a llorar, esta vez de alegría.
«Mi querido, mi hijo», le dijo, acariciándole suavemente la mejilla. «Eres tan hermoso, ya pasó. Estoy aquí contigo; ya puedes despertar. ¡Gracias a Dios! Eres tan hermoso, mi hijo».

La larga espera había terminado, y después de unos días, Carla regresó a casa con Ihan. El cirujano plástico que realizó la cirugía, el Dr. Diego Caycedo, afirmó que la presencia de los payasos durante la semana de cirugías marcó una diferencia:
“Sí, me impactó mucho durante estos días lo bien que funcionó. Ayudaron a eliminar mucho miedo y ansiedad de los padres y también facilitaron las cosas a los niños que no entienden lo que hace el equipo médico ni lo que significa la cirugía. ¡Para los niños, todo se convirtió en un juego divertido! Realmente ha marcado una gran diferencia para todos nosotros”.