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Traduciendo el cuidado: El viaje de conexión de Dominga

August 7, 2025

En las verdes tierras altas de Chiapas, México, rodeado de colinas cubiertas de pinos, se encuentra el pueblo de Chamula: una comunidad fuerte y orgullosa donde la tradición, el idioma y la cultura forman parte de la vida cotidiana. Muchas personas en Chamula hablan tzotzil, una lengua indígena maya transmitida por generaciones. Pero, a veces, el idioma puede convertirse en una barrera, especialmente cuando se trata de recibir atención médica.

Para Dominga Díaz Hernández, una orgullosa mujer tzotzil de Chamula, ese desafío dio inicio a un viaje junto a Operation Smile que cambiaría su vida.

Dominga escuchó por primera vez sobre Operation Smile cuando tenía 21 años. Estudiaba para convertirse en técnica en salud pública cuando Operation Smile visitó su escuela buscando personas que pudieran ofrecerse como voluntarias para traducir tzotzil y tzeltal, dos lenguas indígenas importantes en la región. Ella vio esto como una oportunidad para apoyar a su comunidad. No dudó en levantar la mano.

Dominga asegura que el voluntariado le cambió la vida.

El papel de los traductores

“Empecé como voluntaria siendo traductora”, explicó.

En países como México, donde el español es el idioma principal, pero también se hablan muchas lenguas indígenas, los traductores desempeñan un papel clave para cerrar la brecha en el acceso a la atención médica. Para las familias que no hablan español, las barreras del idioma pueden generar miedo o confusión, especialmente en contextos médicos. Los traductores ayudan a garantizar que cada paciente —sin importar qué idioma hable— se sienta escuchado, seguro y respetado.

Voluntarios como Dominga no solamente traducen palabras. Construyen confianza, explican la atención médica y ayudan a las familias a decir que sí a la cirugía, sabiendo que serán comprendidas en cada paso del camino. Su trabajo ayuda a que la atención médica sea verdaderamente accesible, no solo disponible.

De traductora a enfermera

Dominga comenzó su educación más tarde que la mayoría: acudió a la escuela por primera vez a los 9 años, pero estaba decidida a salir adelante. Con el apoyo de sus padres y hermanos, se esforzó, obtuvo su título de enfermería y se graduó con honores, algo de lo que está muy orgullosa.

“Siempre supe que quería ser enfermera”, dijo con una sonrisa. “Operation Smile se convirtió en una de mis escuelas. Me abrió puertas para aprender y crecer. Conocí voluntarios increíbles que me enseñaron y me animaron”.

Hoy, a sus 35 años, Dominga es enfermera voluntaria en la Unidad de Cuidados Post-Anestesia (PACU) de Operation Smile México. Durante más de 14 años, ha cuidado a pacientes mientras se recuperan de sus cirugías.

“El voluntariado es la chispa que da energía a mi vida”, afirmó. “Me motiva saber que lo que hago puede cambiar vidas —no solo la mía, sino la de muchas otras personas también».

Soñando en grande


Dominga sueña con algún día unirse a los programas quirúrgicos de Operation Smile fuera de México, compartir lo que ha aprendido y enseñar a otros, tal como los voluntarios que una vez la guiaron a ella.



Trabaja duro y sigue tus sueños. Si alguien te dice: ‘No puedes’, demuéstrale que sí puedes.

— Dominga Díaz Hernández

Su historia demuestra cómo la formación, la educación y la oportunidad pueden transformar una vida —y cómo el esfuerzo de una persona puede levantar a toda una comunidad.

“Estoy agradecida y orgullosa de ser parte de esta familia global”, dijo. “Invito a otros a considerar el voluntariado. Les prometo que les cambiará la vida.”

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