La asistente psicosocial y voluntaria de Operation Smile, Kelly Raymond, trabaja con una paciente durante un programa quirúrgico en Honduras. Foto: Rohanna Mertens.
Con el fin de apoyar a los pacientes durante el proceso, Operation Smile cuenta con voluntarios expertos en atención psicosocial, tanto en sus clínicas como en sus programas quirúrgicos.
Por medio del juego terapéutico y otras actividades, estos profesionales proveen asistencia psicosocial y explican a los pacientes y sus familias todo el proceso quirúrgico.
“Guían a los niños por medio de actividades adecuadas a su desarrollo y los ayudan a entender y controlar su situación”, explicó Kelly Raymond, especialista canadiense en vida infantil. “Los niños que llegan al hospital no pueden usar su propia ropa, comer lo que quieren o ver lo que desean. La asistencia psicosocial les da algo de control en este ambiente”.
Sandy Forseth, asistente psicosocial voluntaria, junto a un paciente en un programa realizado en Vietnam. Foto: Operation Smile.
Para muchos niños, el equipamiento médico como las máscaras de anestesia, o simplemente encontrarse en un hospital, puede ser algo amenazador.
Los proveedores de asistencia psicosocial aplican el juego terapéutico que incluye estos equipos médicos para que no se vean sorprendidos o asustados cuando ingresan a la sala de operaciones.
Es en esos momentos de juego y distracción cuando también se explica a los familiares todo el proceso de la cirugía, para que sepan qué esperar en cada etapa.
También se alienta la diversión con juegos apropiados a la edad de los pacientes, lo que permite a los niños simplemente ser niños en un ambiente poco familiar.
“Recibir cirugía es una experiencia que a veces genera mucho miedo -los pacientes más jóvenes se ven expuestos a extraños que visten ropa extraña en un ambiente extraño- el juego ayuda a normalizar la experiencia”, dijo Robert Wing, asistente psicosocial voluntario.
“Les brinda habilidades para soportarlo todo. Algunos niños dicen que se divirtieron mucho cuando dejan el programa quirúrgico. Es un gran cambio desde el miedo y el susto” iniciales.
Un paciente juega con una máscara de anestesia antes de ser operado por Operation Smile Madagascar. Foto: Lorenzo Monacelli.
Y los efectos positivos en los niños van más allá de la preparación para sus cirugías, según explicó la terapeuta en vida infantil Sandy Forseth:
“En el salón de juegos los niños ven a otros con su misma condición. Muchas veces fueron aislados o acosados por otras personas en su comunidad, entonces pienso que es positivo el hecho de que conozcan a otros niños con labio y/o paladar hendido”.
Agregó que, dada su profesión, conoce “investigaciones que revelan que cuando los niños son preparados con anticipación se curan más rápido porque sabían qué esperar”.
La voluntaria Jen Burton comparte un momento especial con un grupo de pacientes en Marruecos. Foto: Marc Ascher.
Otra función clave de los asistentes psicosociales es la generación de confianza entre los niños, las familias y los voluntarios de Operation Smile.
Kelly Raymond recordó una experiencia desafiante que vivió en Etiopía cuando sus habilidades fueron puestas a prueba por una niña que tenía mucho miedo:
“Ella se aferraba a su madre y lloraba, sin atreverse a mirarme. Explicar a los niños qué esperar cuando ingresan al quirófano es nuestra prioridad, pero si no hay confianza esto no se puede hacer. Tomé dos juguetes a cuerda y los coloqué en el piso para que corran una carrera. De a poco la niña comenzó a soltarse y a observarlos.
Comenzó a reír. Cuando terminó la carrera, me miró expectante. Así que le volví a dar cuerda a los juguetes para una nueva carrera. Esta vez ella se incorporó para ver qué rumbo tomaban. Luego de varias carreras dejó el regazo de su madre y comenzó a darles cuerda.
Eventualmente pude enseñarle cómo se coloca la máscara de anestesia. Soplamos burbujas e inflamos un globo. Después le mostraba a su madre lo que había aprendido y le pedía que probara.
Cuando llegó el momento de la cirugía, caminó por el pasillo y entró a la sala de operaciones de mi mano. Un simple juego puede cambiar la perspectiva de un niño y generarle más confianza. Son situaciones como esta las que hacen que siempre quiera volver a programas médicos de Operation Smile”.