Claudina, la abuela de la recién nacida Heydi, notó que algo no estaba bien poco después de su nacimiento y que había que hacer algo.
Y no era por el parto complicado que la obligó a pedir un taxi para llevar a su hija Wara a La Paz, oeste de Bolivia, que estaba a cinco horas de viaje.
Tampoco era por la rotura de aguas a mitad de trayecto que la puso de partera en plena carretera dentro del vehículo.
Tampoco era por la hospitalización de 36 horas en La Paz ni por el labio hendido de su nieta.
Sino más bien, que había que hacer algo más que nada, para suplir la necesidad de ayudar a Heydi a tener una infancia y una vida lo más tranquila posible, sin estigmatizaciones ni humillaciones. Y no toda la familia pensaba igual, ya que otro de sus abuelos había comentado que Wara seguramente intentó un aborto y eso le provocó la condición a Heydi.
Una afirmación así es dificil para cualquier madre, pero probablemente aún mas para Wara, quien apenas tenía 16 años cuando tuvo a Heydi. Claudina se decidió a encontrar una solución para la condición de su nieta. Al igual que Claudina, muchas otras familias se enfrentan a momentos de incertidumbre al momento de encontrar soluciones para reparar las condiciones de hendidura facial de sus hijos. Es por eso que Operation Smile busca crear alianzas estratégicas con organizaciones locales que pueden ser clave para poder dirigir a las familias a los servicios integrales que ofrecemos en nuestros centros de atención permanente y en las misiones médicas.
El apoyo de otras personas fue fundamental para que Claudina se enterara de lo que hacía Operación Sonrisa Bolivia y su programa en conjunto con el Banco de Crédito (BCP).
Registró a Heydi en el BCP y tiempo después la contactó Javier Valenzuela gerente del programa Operación Sonrisa Bolivia y el BCP en su calidad de encargado de la Responsabilidad Social Empresarial.
Tras una primera revisión médica integral en La Paz, Heydi fue seleccionada para acudir a la misión en Santa Cruz (este).
El viaje de 16 horas en autobús hasta Santa Cruz sería un gran esfuerzo. Pero el programa de Operación Sonrisa Bolivia y el BCP incluía los boletos y el alojamiento. Esto fue de mucha ayuda ya que Claudina y su esposo Florencio son los encargados de sostener económicamente a su hija Wara y Néstor, padres de su nieta Heydi, pues ambos tienen 16 años edad.
Wara y Néstor también pudieron llegar hasta Santa Cruz. La abuela Claudina esperó ansiosa durante la cirugía. Una vez que la operación terminó, expresó su agradecimiento a Operation Smile.
“Porque nuestros niños pueden sonreír y no tienen que ocultarse”, dijo.