Para Patricia, su madre, es de alguna manera un final feliz a un esfuerzo casi en solitario durante más de un año. Y que empezó bastante antes del nacimiento de Patrick.
Durante el embarazo de quien es su segundo hijo, tiene una hija mayor, decidió dejar a su pareja debido a su adicción a las drogas.
Cuando llegó el parto todavía estaba reconstruyendo su vida y a poco de nacer Patrick los médicos le informaron de su condición de labio hendido. Nada de ello le habían comentado durante el embarazo y la sorpresa fue completa.
Los médicos le dijeron que era operable y comenzó a buscar un hospital dónde poder hacerlo. En esos días fue fundamental el apoyo de sus familiares y vecinos, que le permitieron tener las fuerzas para buscar una solución.
En esas estaba cuando se enteró de Operación Sonrisa Perú en internet. Los telefoneó y visitó la oficina. Allí se enteró de la próxima misión y se enfocó en que su hijo estuviera lo más saludable posible para poder enfrentar la cirugía si era uno de los seleccionados.
Cuando llegó el día de mayo donde preparó café, una manta y llegó al lugar en la madrugada. Patrick y ella eran los terceros en la fila.
Luego de la revisión médica integral regresaron a casa. Patricia esperó ansiosa durante dos días hasta que por fin se enteró de que su hijo sería operado.
El día de la operación fue uno de nervios durante las preparaciones previas y en la sala de espera mientras Patrick estaba en el quirófano. Todo eso se cambió por alegría cuando lo pudo ver otra vez.
Patricia, quien expresó su gratitud en todo momento, y su hijo pasaron una noche más en el hospital antes de partir hacia su nueva vida.