“Podemos hacer mucho más cuando estamos en contacto directo con los pacientes, pero las consultas remotas nos permitieron tener una perspectiva más profunda sobre sus vidas”, dijo. “Pude ver sus hogares humildes y habitaciones. Las paredes de madera y los techos de lata me hicieron tomar conciencia de su realidad, de la pobreza en la que viven, y me ha impulsado a ayudar todavía más”.
Hablamos con Guillermo para conocer más sobre sus inicios como voluntario y cómo la adaptación a las consultas virtuales explicó de alguna forma por qué tantos pacientes y familiares en todo el mundo dependen de la asistencia de Operation Smile.
Lizandro, de un año, espera por su revisión médica integral durante la misión en Ciudad de Guatemala en abril de 2021. Foto: Carlos Rueda.
Pregunta: ¿Por qué decidiste ser voluntario de Operation Smile?
Respuesta: Siempre me gustó ayudar a los demás. Es algo que tuve en mi familia. Siempre realizábamos algún tipo de servicio social para ayudar a los que tenían más necesidades. Cuando me convertí en dentista y me enteré sobre Operation Smile, pude aplicar mis conocimientos para ayudar al equipo y a los niños que tienen condiciones de hendidura facial.
Lo que más me gusta de ser voluntario es interactuar con los pacientes y sus familias, ser testigo de su felicidad y cómo cambian durante el proceso en el cual los asistimos. Y luego, después de la cirugía, el ver la felicidad de sus padres cuando el niño puede sonreír plenamente.
P: ¿Por qué es tan importante que los padres confíen en el tratamiento que reciben sus hijos?
R: Es de gran ayuda cuando los padres confían en los tratamientos que seleccionamos, en particular las ortopedias prequirúrgicas. Nos ayuda mucho cuando los padres conocen el procedimiento y saben que las ortopedias prequirúrgicas los ayudan a alimentarse mejor, a desarrollar el paladar y en la conformación de la nariz.
Los bebés sienten el estado de ánimo de sus padres. Si la madre tiene dudas, está nerviosa o aprensiva, será difícil que el bebé acepte el obturador, por ejemplo. (El obturador es un complemento dental que cubre el paladar hendido y permite que los bebés sean alimentados, lo que asegura un crecimiento saludable y adecuado antes de su cirugía. En el caso de los adultos los ayuda con la fonética y los alimentos).
Eso implicará más tiempo. Tenemos que estar atentos a ello para reforzar la confianza en la madre y demostrarle que tiene fuerza y seguridad para transmitirle a bebé.
P: ¿Cómo se siente saber que se está cambiando la vida de un paciente de manera positiva?
R: Es difícil de creer, pero la verdad es que no pienso mucho en que soy un instrumento para el cambio en la vida de los niños. No es algo en lo que piense muy seguido. Solamente me gusta venir y examinar a los pacientes. Por supuesto que cuando lo pienso con más profundidad sé que estoy contribuyendo, que soy un eslabón en una cadena al hacer mi trabajo.
Día de revisión médica integral durante la misión médica en Ciudad de Guatemala en abril de 2021. Foto: Carlos Rueda.
P: La pandemia de COVID-19 ha sido muy difícil para todos. Tuvieron que instaurar una clínica virtual, algo nuevo. ¿Qué te ha enseñado sobre tu persona y sobre Operación Sonrisa Guatemala?
R: Me ha enseñado nuevas formas de asistir a los pacientes pese a las restricciones. Puede ser frustrante el tener consultas remotas porque no tenemos ese contacto cercano con ellos, que es muy necesario. Podemos hacer mucho más cuando estamos en contacto directo, pero las consultas remotas nos permitieron tener una perspectiva más profunda sobre la vida de ellos y sus hogares.
Durante las primeras llamadas que hicimos, pude ver sus hogares humildes y habitaciones. Las paredes de madera y los techos de lata me hicieron tomar conciencia de su realidad, de la pobreza en la que viven. Y me ha impulsado a ayudar todavía más. Me ha impulsado a seguir adelante con las consultas remotas porque, aunque no pueda tocarlos, son muy valiosas para ellos. Me llaman y me dicen “¡Doctor, que bueno verlo! Doctor, mire cuánto ha crecido mi bebé”.
Están muy felices. Me han enseñado tanto. Elevan mi espíritu y me hacen comprender que esas llamadas son muy importantes, incluso si solamente nos vemos a través de una pantalla.
P: ¿Cómo se siente el poder regresar a la clínica presencial?
R: La noche antes de volver a la clínica fue como el día antes de un examen. No dormí muy bien debido a la emoción. Estaba expectante. Me sentí un poco nervioso, pero al mismo tiempo estaba feliz. Poder volver al hospital fue maravilloso. Es una parte de mí. Es lo que hago. Mi segundo hogar. Me completa. Me sentí yo mismo otra vez.
Poder ver a los pacientes y al equipo de voluntarios, poder evaluar a los pacientes físicamente, ver los ojos de sus madres mientras les explico el tratamiento y sus beneficios, y por qué es el primer paso hacia la cirugía.
El equipo odontológico de Operación Sonrisa Guatemala revisa un paciente. Fotos: Carlos Rueda.
P: ¿Por qué es importante que los niños que nacen con condiciones de hendidura facial reciban asistencia ortopédica?
R: Estos chicos necesitan usar obturadores. Pero con la pandemia aquellos que ya recibían tratamiento tuvieron que interrumpirlo. Y los que nacieron durante la pandemia y no pudieron iniciar el tratamiento perdieron mucho peso porque es difícil para las madres aprender a alimentarlos. Se frustran cuando no pueden amamantarlos y les dan fórmula.
Debemos empezar o continuar los tratamientos para asegurarnos de que las partes separadas por la hendidura se desarrollen de manera correcta y que eventualmente los niños se puedan alimentar correctamente.
Es importante que los bebés que ya recibían tratamiento continúen con el proceso porque sus madres intentaron que usaran el obturador el mayor tiempo posible hasta que ya no servía.
Buscamos alternativas. Reanudar el tratamiento significa reforzar y corregir las partes separadas como ya lo estábamos haciendo antes. Con otros es mejorarles la dicción, la pronunciación y que aprendan a respirar por la nariz, que es algo que deben dominar. Eso es lo importante.
P: ¿Qué dirías a tus colegas sobre el voluntariado?
R: Lo importante es que tiene que venir del corazón. No se puede obligar a alguien a que lo haga. Podría decirle a alguien “ven ayúdanos”, pero si esa persona no tiene la convicción y el deseo de hacerlo, no será un buen voluntario.
Hay muchas personas que son voluntarias y muchas que desean hacerlo. Muchos profesionales tienen el conocimiento y el tiempo para dedicarlo a los pacientes, en nuestro caso para asistir hendiduras de labio y/o paladar.
Invito a esos doctores a que sean voluntarios. Nos beneficiaríamos enormemente de su conocimiento, y los pacientes también. Invito a esos doctores a que se contacten con nosotros, que obtengan más información sobre Operación Sonrisa Guatemala. Los invito a que vengan al hospital, donde podremos informarles mejor sobre cómo usar su conocimiento para ayudar a otros.